Entradas

Crónicas de miedos sutiles: I

Imagen
    Hoy me he transgredido…   Siempre he querido leer en una cafetería, con autonomía suficiente para no pensar, obviando a cuanto pase por mi lado, dejando la idea de que todos me miran. Un pensamiento contraproducente que no me permite avanzar.   Me he levantado, y tras hacer lo usual, que a veces también cuesta, he caminado directo al centro comercial Arturo Soria Plaza, en Madrid.   Un lugar en una zona con determinada categoría (sitio pijo, alegan por ahí) Lo cierto es que encuentro en sus instalaciones algo que no se explica, pero me causa regocijo. Allí suelo desayunar siempre con mi amiga Yoli, abrazando el confort y la compañía.    Pensaba entrar, pero seguí de largo. Al cruzar la calle, hay unos banquitos, y muchos árboles, un ambiente natural y quizás idílico en medio del ruido del tráfico.    Gasté una hora entre la decisión de entrar y anotar actividades pendientes para organizarme hasta que, alguna fuerza mayor, que ...

De errores y otras garantías...

Imagen
  Fui libre cuando comprendí que tenía que tomar responsabilidad por mis acciones. Buenas o no, aceptar, me dio la posibilidad de examinar el recorrido y despejar algunas dudas. Cuando nos encontramos en negación, intentando ejercer como víctimas de una situación o persona, estamos inhabilitando la posibilidad de sentirnos bien con nosotros mismos. Postergamos una sensación que nos aleja del bienestar, buscando razones donde probablemente no existan. Es difícil admitir la equivocación, asumir el error como propio, pero una vez que comenzamos a actuar en consecuencia con nuestros principios, trascendemos y mejoramos en las relaciones con el otro. De nada sirve intentarlo si no nos sentimos partícipes de esa responsabilidad. Hay que realmente lograr una autocomprensión y no recrear una falsa imagen de “nuevo ente modelo” Si yo he fallado y hago como que lo reconozco para intentar convencer a alguien de que he cambiado, no estoy haciendo nada. Lo primero es que me engaño a...

ESTO ES PERSONAL

Imagen
                                   Admitir que todo es un proceso, es maravilloso. Ayer escuché esta mágica frase de Tomás Navarro que, aunque pudiera parecer obvia, me recuerda que lo sencillo, por naturaleza, no lo es. Sabemos, en teoría, que todo es un proceso. Entonces ¿por qué es tan complejo de aceptar? ¿Por la inmediatez de la sociedad en la que vivimos? ¿por la tan nombrada gratificación instantánea? ¿el querer obtener los resultados aquí y ahora? ¿el creer que sin ahondar se llega a una conclusión más rápida? A lo largo de la historia de mi vida, he visto todo tipo de personas, como seguramente, ustedes también. Observándoles, aprendí que muchas cosas de ellas, estaban igualmente en mí…cosas que solía detestar y tenía que resolver dentro (ley del espejo). Me he tomado mi tiempo para revisar y a veces, se me ha hecho eterno. Una eternidad en la que me ha acompañado la frustración, la ne...

La vida no es una carrera de velocidad

Imagen
  Debo hablar de este tema porque de alguna manera poniéndolo en letras siento que tendrá más sentido. No es una conversación con nadie más que conmigo, tratando de mitigar los enojos que me produce, independientemente de que las voluntades sean positivas (me consta que son positivas) Los últimos días de diciembre, he recibido cuantiosas muestras de buenos deseos para este 2023, por parte de familia, amigos y conocidos. Haciendo un balance de todas ellas, el 80% incluía la frase “espero que este año nos sorprendas con un bebé” y yo, que tengo un genio establecido de base, no lo he podido obviar. En 18 días a partir de hoy, será mi cumpleaños número 31, aún no tengo mi vida profesional muy acomodada, ando en luchas interminables con la verdad, lidiando con burocracias, molestias, antojos, acomodando mi necesidad de conocer sitios que siempre he anhelado ver, tomándome los asuntos con la debida calma mientras que lo que se espera de mi no es más que una nueva vida. Me he detenido a p...

Microduelos II: Las trampas de la bondad

Imagen
  Me repito a mi misma cada día que lo importante de ayudar a los demás es no esperar nada a cambio, que de ser así, la ayuda no sería "ayuda" sino... interés... Pero no había pensado en esto: ¿Qué pasa con los sentimientos? ¿Con la desilusión? ¿Con el autoreproche? ¿Qué pasa cuando no esperas nada de vuelta pero si responsabilidad afectiva? (Aunque bueno, eso es algo) Cuando los demás nos tienden una mano o han sido buenos con nosotros nos debemos a responderle en concordancia. Y hablo de quienes tenemos la capacidad de reconocerlo, porque entiendo que no todo el mundo se da cuenta y hay quien no tiene memoria, que todo olvida.  Hoy, después de un periodo de duelo ( uno de los tantos), me levanto con la certeza de lo quiero a mi alrededor, pero más aun, de lo que no.  La bondad también tiene límites.  Y me niego a justificar las conductas de seres adultos responsables y "selectivos" en su grado de responsabilidad.  Acepto que las cosas que hice por anteponer el...

Microduelos de una emigrante (parte I): La odisea del propósito laboral

Imagen
  Las manos me pesan. Llevo horas sentada aquí queriendo escribir sobre diferentes cosas pero ninguna toma forma. No es el decirlas, porque podría, sino el cómo. No me hallo escribiendo a la fuerza y debo asumir, con respeto y compasión, las razones que me inhabilitan. He estado pensando mucho porqué emigré, en todos los microduelos que estoy pasando, en la aceptación de la imposibilidad (momentánea) de encontrar un empleo que me proporcione regocijo y paz mental. Voy luchando con lo que observo y no me gusta, la carencia de empatía de las empresas que buscan candidatos con características de otro planeta, la evasión de la compasión y la falta de humildad, la titulitis y otros tantos fenómenos de irrespeto hacia el ser humano que batalla, día a día, por proteger su salud mental. Desde hace un tiempo, estos bloqueos creativos me persiguen y yo los dejo ser, aunque este se está asentando indefinidamente. No logro dibujar, leer, caminar sintiendo que habrá algo mejor a la vuelta...

Sentir antes que ver, dejar que eso nos marque

Imagen
  Hace falta perder, la perspectiva, las miradas hacia adentro, la capacidad para discernir. Quedarnos ciegos de alma y corazón, incluso a veces físicamente, dejarnos oscurecer. Nada ofrece tanta claridad ni anima tanto el juicio como un toque justo en la profundidad. Sentir antes que ver. Dejar que eso nos marque. Poder así darle paso a la creación que emerge de esos tiempos sombríos, más fresca e inquieta, producto de un ideal de encuentros taciturnos con la nimiedad y el abandono. Hace falta caer y estar un tiempo sin poder levantarse. Creer que no se podrá, fluctuar en largos debates con la melancolía, permitir que la apatía se revele. Mirar el horizonte sin saber que hay algo más después de esa línea. Hace falta callar y olvidar que existen las palabras. No reconocernos ante el espejo, vernos en baja resolución, desconfigurarnos. Hace falta desconfiar, increpar y cuestionar lo que se escucha. Entregarse a los miedos sin quererles superar como en una carrera. Abandonar sin mi...