De errores y otras garantías...
Fui libre
cuando comprendí que tenía que tomar responsabilidad por mis acciones.
Buenas o no,
aceptar, me dio la posibilidad de examinar el recorrido y despejar algunas
dudas.
Cuando nos encontramos
en negación, intentando ejercer como víctimas de una situación o persona,
estamos inhabilitando la posibilidad de sentirnos bien con nosotros mismos.
Postergamos una
sensación que nos aleja del bienestar, buscando razones donde probablemente no
existan.
Es difícil admitir
la equivocación, asumir el error como propio, pero una vez que comenzamos a
actuar en consecuencia con nuestros principios, trascendemos y mejoramos en las
relaciones con el otro.
De nada sirve
intentarlo si no nos sentimos partícipes de esa responsabilidad. Hay que
realmente lograr una autocomprensión y no recrear una falsa imagen de “nuevo
ente modelo”
Si yo he
fallado y hago como que lo reconozco para intentar convencer a alguien de que
he cambiado, no estoy haciendo nada. Lo primero es que me engaño a mi misma
atribuyendo al panorama una connotación irreal y por tanto engaño al otro
perpetuando el error.
Entonces lo más
importante de tomar responsabilidad es realmente sentir que se hace por
convicción y aceptación del tropiezo, por algo válido, legítimo.
Así evitamos más
distorsión y abrimos paso a una relación sólida y lúcida.
By: Jessica C. Barrios
Comentarios
Publicar un comentario