La vida no es una carrera de velocidad


 Debo hablar de este tema porque de alguna manera poniéndolo en letras siento que tendrá más sentido. No es una conversación con nadie más que conmigo, tratando de mitigar los enojos que me produce, independientemente de que las voluntades sean positivas (me consta que son positivas)


Los últimos días de diciembre, he recibido cuantiosas muestras de buenos deseos para este 2023, por parte de familia, amigos y conocidos. Haciendo un balance de todas ellas, el 80% incluía la frase “espero que este año nos sorprendas con un bebé” y yo, que tengo un genio establecido de base, no lo he podido obviar.

En 18 días a partir de hoy, será mi cumpleaños número 31, aún no tengo mi vida profesional muy acomodada, ando en luchas interminables con la verdad, lidiando con burocracias, molestias, antojos, acomodando mi necesidad de conocer sitios que siempre he anhelado ver, tomándome los asuntos con la debida calma mientras que lo que se espera de mi no es más que una nueva vida.

Me he detenido a pensar en la presión social y espiritual que estos comentarios ejercen. Cuanto nos falta por aprender y desaprender como sociedad.




Bien cierto es que desde hace un tiempo se me ha desarrollado un instinto maternal, pero ello no implica que es algo que pueda planificar a la vuelta de la esquina.

No se trata de no expresar, sino de analizar lo que se expresa. No es falta de libertad de expresión o intento de cercenar las opiniones, sino de entender que cada ser humano tiene sus momentos, sus tiempos, que cada propósito es diferente, que nada indica que vaya detrás, que la vida no es una competencia.

Hay gente que no quiere bebés, hay quien no puede tenerlos y hay quien todavía.

Debemos abandonar el estigma y dejar de ejercer presión inconsciente en el camino de los demás. Los daños colaterales pueden ser muy nocivos.

Frases del tipo “se te va a pasar el agua”, “serás abuela en vez de madre”, “ cuando diablos lo vas a tener”, “no esperes a poseer las condiciones, nunca las tendrás”, son comentarios que tanto yo, como cercanos, hemos tenido que ingerir sin pretender que nos afecta, pero así es.

Probemos en cambio, pensar en lo que la gente anhela, en apoyarles, en alentarles, en dejarles ser.

Ojalá la ruleta siga dando vueltas y podamos crecer. Que aprendamos definitivamente a ver a las personas por quienes son y no por lo que tengan o dejen de tener. La satisfacción personal es un conjunto de propósitos hallados, muy pero muy particulares o es sencillamente, lo que vas descubriendo en el camino.


Feliz 2023


by Jessica C. Barrios

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