Reconfigurando

 

Llevo unos días intentando organizar mi vida y no porque esté mal, sino porque tengo demasiadas ideas flotando, e intentando converger en algún punto, sin aparente éxito.



Tengo una sed, escondida o casi descubierta (no lo sé) de crear algo con sentido y construir un camino que me permita hacer de ello, una carrera. No se trata de la obsesión compulsiva de descubrir mi propósito, porque entiendo que esa búsqueda es una de las principales fuentes generadoras de ansiedad sino de descifrar, con la lentitud merecida, lo que me mueve a crear, aunque a veces considere que lo sepa.

Hace unos meses adquirí, como regalo, el libro Hello Fears de la autora Michelle Poler, y está siendo una lectura extremadamente provechosa, que no me he tomado a la ligera y con la que voy fluyendo según el día.

Michelle es auténtica y contagiosa. Esto último es lo que me engancha más. Una persona que tiene la capacidad de influenciar cada segmento de mi curiosidad y motivarme a tantos replanteos.

La descubrí por casualidad, durante la pandemia (mi periodo dorado), mientras revisaba las charlas de la plataforma TED TALKS y desde ese momento, sigo cada contenido que expone en sus redes o cualquier cosa que se relacione.

Su proyecto, que empezó como algo personal, le permitió avanzar en el autoconocimiento y cambiar los ejes de su autovaloración para impulsar el desarrollo de su marca personal, algo que quizás (y como todos) no tenía claro al principio pero que desembocó en la creación de una comunidad muy valiosa.

Justo hoy he visualizado su más reciente clase “Presumir sin culpa” y he hecho clic, con algo que sabía (en el fondo), pero que me negaba a aceptar.

Ese yo sé quién soy, cuales son mis virtudes y defectos, que me representa, que no…

Pues, todo esto se deconstruyó en un segundo.

El conocimiento que poseo de mí, es ínfimo en comparación con lo que realmente existe o puedo ofrecer. ¿Cómo me puedo plantear un proyecto o conducir una idea si la base para ello no se sostiene?

He estado tan enfrascada en una autodefinición preconstruida que ni siquiera entiendo las bases de esa definición. Quizás lo que otros piensan de mi se ha convertido en mi bandera y no he tenido el espacio suficiente para examinar si esto es así o si, dado el caso, hay más que aportar.

Supongo que, por economía mental, es más fácil adecuarse a un patrón, creer en él y ejecutar las acciones de forma automática.

Por tanto, una vez que reacciono, me comprometo a ir tras los pasos convenientes para trabajar en mi reconfiguración. Descubrir quién soy, que valoro más, a dónde me gustaría llegar (siempre acompañada del porqué de estas cosas), que objetivos genuinos puedo construir y cuál es mi definición de éxito. Reconocer, después, mis obstáculos y creencias limitantes que van de la mano de los miedos y las tan peligrosas, expectativas.

Es un trabajo, que dista de ser sencillo y que podría tomar más del tiempo necesario (o que yo entiendo como tal), pero es, con seguridad, el más importante.

Siempre he creído que mirar hacia dentro precisa coraje, una valentía que no todo el mundo está dispuesto a intentar, que debe estar acompañada, sobre todo, de un cambio de mentalidad y de una experiencia (consciente) de desaprendizaje.

No pensar en todo lo que me queda por recorrer y enfocarme estratégicamente en la única cosa en la que debí haber invertido desde el inicio: Yo

Gracias Michelle.

 

                                                                     By: Jessica C. Barrios

 

 

 

 

 

 

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