La sociedad se está moviendo así, sin salidas.
¿De
qué me sirve tener una sabiduría que aplico al entendimiento de la vida si no
puedo ejecutarla como es debido?
En teoría
parece que puedo comprender lo que está bien o mal, cómo deben funcionar las
cosas en su justa medida o el modus operandi hacia determinadas actitudes.
La práctica, en
cambio, es extremadamente compleja. Un debate continuo entre actuar bajo mis
preceptos y la realidad que impera.
Por eso, a
veces suelo entender a la gente (no con la frecuencia que debería).
Y no se trata
de justificar aquellas conductas que simulan ser contradictorias. Hay que ir
más allá en el panorama de lo superficial para juzgar las situaciones de manera
adecuada.
No podemos caracterizar
a las personas con tanta ligereza ¿Sabes cuántos elementos intervienen entre
una palabra dicha y la acción? ¿Cuánta contradicción existe entre pensamientos que
conviven en una sola mente?
¿Realmente
puedes esperar que seamos lineales cuando la propia vida nos da curvas?
No sé. Me da
miedo rodearme de seres tan frontales, cuya vista se simplifica o va en línea recta.
Y la sociedad se está moviendo así, sin salidas.
Coexistir es,
sobre todo, abrazar lo caótico en alguien y ampliar el espectro visual para no
perder aquellas cosas que valen la pena.
No es, soportar
lo insoportable, ni acatar todas las reglas. Es, estar abiertos a aceptar lo
diferente sin que ello suponga un esfuerzo sobrehumano. Adaptarnos.
Ser justos y
agradecidos con lo que se nos ha dado, y lo suficientemente inteligentes para
protegerlo.
By: Jessica C. Barrios
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